Esta mañana nos hemos ido de compras al Centro Comercial Augusta de Zárágózá y, entre garrulos, dulces de Aragón, ecuatorianos, cachirulos y gitanas vendiendo romero, nos encontramos con Angelina Jolie y Brad Pitt practicando su hobby favorito: la adquisición de provisiones tanto inanimadas como animadas, ya se sabe, que si una hamburguesa congelada, un perro, un escorpión, un ente humano…
En el parking VIP de los clientes del Carrefour coincidimos con la parejita acompañados por un par de su tribu de hijos interraciales: Siloh, la blanca y rubia, y Zahara, la negra y morena.
Ambos, con cara de agobio por ir cargando con las niñas –y eso que aún quieren tener más-, ejercían de familia feliz mientras esperaban por el camión que cargaría con un par de toneladas de cereales de maíz que encargaron para sus doscientos niños. Aquí puedes ver los paquetes perfectamente ordenados sobre los palets del hípermercado:
La mala relación entre la pareja y el agobio por la amplia familia no sólo se nota en sus rostros, sino también en la dejadez de Angelina en su vestimenta; desaliñada, vestida con los primeros harapos que le cayeron del armario al abrir las puertas y mal combinada. Así es el look del día a día de la actriz:
¿Cómo crees que terminará esta familia postiza?
Fotos: Celebridades al Día.