Hace unos días, Madonna fue fotografiada saliendo del Claridges Hotel de Londres con su marido, Guy Ritchie, todo de una manera aparentemente típica y habitual. Pero a él se le podía apreciar con un paso poco firme y posición forzada, como si hubiese pasado la noche durmiendo a cuatro patas. Si nos acercamos a la foto, o bien acercamos la foto a nosotros como se puede contemplar a continuación, vemos una horrible mano peor conservada que si estuviera en formol, la cual pertenece a Madonna. En ella lleva sujeta una bolsa con un curioso juguete sexual denominado “The Purple Penetrator”, que se trata de una braguita con un pene de plástico adherido en color púrpura, como su nombre indica, y un mando para ajustar la vibración de dicho rabo, que se puede colocar en el elástico de la braga para mayor comodidad.
Ahora se explica el porte que lucía Ritchie al salir del hotel tras ella, cuan perrito subyugado por la Dominatrix Madonnatrix, ayudada por un strap on vibrante con manos libres.
Nos alegramos de que detrás del moribundo aspecto de la cantante, aún perviva el deseo por lo morboso, exhibicionista y sexual.